La nueva elaboración del chef Mateu Blanch recoge elementos de la Seu Vella, el castillo de Gardeny, el IEI y la iglesia de Sant Martí
La Seu Vella ha acogido este miércoles la presentación de la “Torrija Lleidatana”, un postre creado por el chef Mateu Blanch con la voluntad de ser “un dulce recordatorio de algunos de los elementos patrimoniales más emblemáticos de nuestra ciudad”. En concreto, la elaboración incorpora elementos de la Seu Vella (los pináculos del campanario), el castillo de Gardeny (la cruz templaria), el IEI (la forma cuadrada del edificio) y la iglesia de Sant Martí (una campana). La presentación ha contado con la presencia de una cuarentena de personas, incluidas autoridades y profesionales del mundo de la restauración.
Pilar Bosch, concejala de Cultura y Promoción de la Ciudad, ha destacado la importancia de potenciar “monumentos que son emblemas de la ciudad, plasmados en elaboraciones hechas con mucha sensibilidad y con ingredientes de proximidad de Lleida”, y ha añadido que “celebramos que desde la gastronomía existan estas iniciativas que muestran nuestra ciudad”.
Por su parte, Neus Brenuy, directora de la Escuela de Hostelería y Turismo de Lleida, ha valorado positivamente “estas nuevas formas de llamar la atención del turismo mediante la gastronomía” y ha dicho que “vale la pena visitar esta ciudad por lo que se puede ver y también por lo que se puede comer”.
Xixo Castaño, chef del restaurante Malena, ha alabado la capacidad creativa de Mateu Blanch, ya que “la diferencia entre un cocinero y un buen chef es precisamente la capacidad de innovar”. Castaño ha añadido que “hay que entender el mensaje cuando lo catas, en este caso entender la interacción entre gastronomía y patrimonio” y que “hay que valorar que Mateu ha sabido poner la ciudad en la mesa”.
La “Torrija Leridana” representa, según Mateu Blanch, “una ruta monumental por la ciudad de Lleida, que incluiría su edificio más emblemático, la Seu Vella; dos excelentes ejemplos de románico religioso y gótico civil, Sant Martí y el antiguo Hospital de Santa María, y una magnífica construcción templaria, el Castillo de Gardeny, todo ello traducido en un conjunto de sabores y colores”. Además de la singularidad gastronómica, Blanch considera que este postre “contribuye de alguna manera a dar a conocer el patrimonio de la ciudad entre nuestros clientes”.
Por otra parte, y dado que el año 2025 Cataluña será la Región Mundial de la Gastronomía, “esta iniciativa forma parte de la antesala del evento, en el que los cocineros de Lleida queremos ser líderes con propuestas gastronómicas de todo tipo”. Según Blanch, “además de ser la despensa de Cataluña, en las Tierras de Lleida queremos ser innovadores, tenemos talento y espíritu creativo y, lo que no es menos importante, disponemos de productos de primerísima calidad”.
Esta elaboración, una evolución de la tradicional “torrija” del chef del Caravista, está confeccionada con una base cuadrada de “gofre-brioix” caramelizado en honor al IEI, un escudo con cruz templaria en forma de bandera comestible, una galleta crujiente asociada a una campana de Sant Martí, y un crujiente que simula la corona de la Seu Vella. Hay que añadir que el postre se degusta en un plato que es un mapa que recrea la ruta de los cuatro monumentos.
Tras el acto de hoy, Blanch incorpora este postre a la oferta gastronómica de su establecimiento, el Restaurante Caravista. Más adelante, está previsto que cree nuevas elaboraciones con otros espacios emblemáticos de la ciudad.