El chef leridano ha ofrecido un showcooking en directo, ante una cincuentena de personas, con la colaboración de la televisiva Mari Pau Huguet
El chef Mateu Blanch ha ofrecido un showcooking en la población de Estopiñán del Castillo, en el que ha presentado una de sus creaciones gastronómicas más singulares: la “Torrija leridana”, un postre que recuerda algunos de los elementos patrimoniales más emblemáticos de la ciudad de Lleida. En concreto, la elaboración incorpora elementos de la Seu Vella (los pináculos del campanario), el castillo de Gardeny (la cruz templaria), el Institut d’Estudis Ilerdencs – IEI (la forma cuadrada del edificio) y la iglesia de San Martín (una campana).
Blanch y su equipo han elaborado en directo, frente a una cincuentena de personas, este postre que tiene como base una versión de la torrija de Santa Teresa y que incorpora fruta de Lleida en la compota. Durante el proceso, el chef leridano ha estado acompañado de la televisiva Mari Pau Huguet, que ha podido comentar cada paso de la elaboración y ha invitado al público a participar de forma activa en el showcooking.
La “Torrija leridana” representa una ruta monumental por la ciudad de Lleida, que incluye su edificio más emblemático, la Seu Vella; dos ejemplos de románico religioso y gótico civil, San Martín y el antiguo Hospital de Santa María, y una construcción templaria, el Castillo de Gardeny. “Una composición que se traduce en un conjunto de sabores y colores muy especiales”, ha comentado Blanch. Está confeccionada con una base cuadrada de gofre-briojo caramelizado en honor al IEI, un escudo con cruz templaria en forma de bandera comestible, una galleta tradicional con una forma que nos remite a una campana de la Iglesia de San Martín, y un crujiente que simula la corona de la Seu Vella. Otro elemento singular de la composición es que el postre se degusta en un plato que es un mapa que recrea la ruta de los cuatro monumentos.
Mateu Blanch ha completado el showcooking con una demostración de cómo elabora las “orelletes de matafaluga” y las almendras garrapiñadas, dos postres más tradicionales a los que el chef leridano les da su toque particular. Blanch ha agradecido la invitación para llevar su cocina a Estopiñán, “un pueblo que conserva la esencia de la cocina tradicional y donde se preservan las recetas, técnicas y conocimientos transmitidos de generación en generación, que después los cocineros adaptamos a nuestra manera, pero siempre desde el respeto y la admiración a las raíces”, ha asegurado.
Los postres que ha presentado en el showcooking se puede probar a diario dentro de la oferta gastronómica de su establecimiento, el restaurante Caravista de Lleida.
Este evento, organizado por la Asociación 3a Edad San Salvador de Estopiñán del Castillo y la inestimable colaboración de Mari Pau Huguet, se ha desarrollado en el Hostal La Rurala de la localidad ribagorzana.
